miércoles, 4 de enero de 2012

Grecia

El año quedará marcado por el impulso ya mal disfrazado del sistema financiero de continuar dándole congruencia al sistema de cobros de interés sobre la deuda. En el tiempo la masa de la deuda creció lo suficiente como para que la física de los objetos reales, el mundo que nos rodea no diera de si para poder cumplir con el servicio de la deuda, una noción matemática que nada quiere saber de la Física, del mundo real. Cualquiera que intente buscar la resolución de esta incongruencia fundamental del sistema monetario frente al sistema de reproducción real de los objetos y las personas quedará arrinconado en la irrelevancia. En el mejor de los casos, el niño que grita que el emperador se pasea desnudo, será ignorado; en el peor de los casos se le callará para evitar a toda costa reconocer lo patente y evidente.

El 2011 tuvo como detonador noticioso de esta desnudez a Grecia, un pequeño país con una deuda gigante. El tema fue tomado por la prensa, casi invariblemente como el del rescate del país a manos de múltiples instancias internacionales: el banco central europeo; Francia; Alemania; El Fondo Monetario Internacional... Una combinación de varias entidades llamada "La Troika" ... Todos buscando canalizar a través de la firma garante de los griegos y su gobierno el canalizar fondos a los bancos que reclaman la solvencia de papel en vencimiento emitido anteriormente por el gobierno griego. La "solución" ha sido la de buscar recortar el gasto público e incrementar los impuestos; asimismo rematar propiedades públicas para recabar los fondos. Toda vez que la deuda soberana Griega es no menor de 400,000 millones de euros y las obligaciones gubernamentales adicionales no menor a 800,000 millones de Euros, todas estas "soluciones" se topan con la imposibilidad contable de darle servicio a esta montaña de deuda... Lo único que pueden hacer todas las instancias que meten mano en el problema es postergar la llegada del momento en que la fórmula matemática del pago confronta la imposibilidad física de hacerlo.


El elegante gráfico de arriba queda recortado pues la línea tiende a irse con rapidez hacia el infinito. Grecia, obvio, no cuenta con recursos infinitos, por lo tanto llegará el momento que ni rematando todas las piedras y cabras y arboles y edificios (si soñáramos que existe un comprador) de los helenos habrá suficiente riqueza para darle servicio a la deuda que contrataron. Ese momento es este año, el 2012.

(Sobre el panorama general que se vive hoy ya habíamos escrito algo antes en el 2010) AQUÍ

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